Uno de los recorridos que más me ha gustado en mis viajes fue el que realicé de la isla de Cerdeña en Italia hasta la vecina Córcega, otra isla mediterránea que pertenece a Francia a través de un ferry.
El viaje duró alrededor de 50 minutos y el trayecto es apenas de 17 kilómetros, atravesando un mar de un color azul muy intenso, como pocas veces lo había visto antes.
Para realizar el recorrido desde Cerdeña debes llegar primero al puerto de Santa Teresa di Gallura, una pequeña población que cuenta con algunas playas muy bonitas y una rica gastronomía local.
Santa Teresa cuenta con algunos restaurantes y tiendas para adquirir los típicos productos del mar como bloqueadores solares, toallas, zapatillas para el agua etc. Además, sus calles son muy tranquilas y tienen una arquitectura muy bonita y perfectamente en armonía con el entorno, muy típico de una población ligada al mar completamente.
Para llegar al puerto deberás caminar unos cuantos metros en donde podrás adquirir el servicio de transporte el cual lo realiza la empresa Moby Lines, fácilmente identificable por su simpática ballena azul a modo de logosímbolo que es pintado al costado de sus embarcaciones.
El viaje en sí es corto y muy tranquilo, además puedes permanecer en cubierta admirando y disfrutando del paisaje o bien, ubicarte dentro de la parte techada del ferry para tomar un refrigerio o simplemente protegiéndote del sol.
Una vez que se llega a Bonifacio en Córcega, lo recomendable es caminar directamente hacia la zona de "La Escalera del Rey de Aragón", una escalinata de piedra larga enclavada en un costado del acantilado que da la bienvenida a la isla. Estas escaleras son recomendables para la gente con una condición física media ya que son un poco pesadas, pero las vistas del Mar Mediterráneo y sus colores cambiantes son todo un espectáculo que vale la pena visitar.
Después de recorrer la escalinata del Rey hay que reponer energías buscando algún restaurante de Bonifacio, la cual es una pequeña población de calles muy angostas pero llenas de historia y rincones por descubrir.
La comida es principalmente ligada al mar pero puedes encontrar hamburguesas, ensaladas, pizzas entre otros. Bonifacio cuenta con una pequeña iglesia, tiendas de souvenires, abarrotes y una zona de bares y restaurantes en la zona de la marina, donde yates muy grandes y otros más pequeños coinciden en un entorno paradisiaco.
Pero Bonifacio no solamente se resume a yates o ferries, se trata de un lugar que alguna vez fue fortaleza estratégica y de la cual quedan todavía algunos vestigios en los alrededores. Ruinas y construcciones son testigos de sucesos del pasado que le dieron forma e identidad a la localidad, pues se trataba de un punto importante por ser cruce de rutas marítimas e incluso militares.
Visitar Bonifacio en realidad es cosa de un día pues no cuenta con mayores atractivos turísticos además de los ya citados. Existe alojamiento por si deseas pasar más tiempo pero mi recomendación es dedicarle solamente unas horas.
El regreso a Santa Teresa puedes realizarlo por la tarde para tener una perspectiva perfecta de los atardeceres que se dan en ésta región del Mar Mediterráneo y que son verdaderamente especiales.
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