Milán es una ciudad que se reinventa y mira siempre a futuro. Su mejor herencia está en las cosas por descubrir y desarrollar.
Segunda y última parte de ésta travesía por una de las ciudades más vibrantes de Europa y que a su vez es el principal motor económico del país de la bota. Milán.
Una vez que ya conociste el Duomo de Milán por dentro y que subiste a su techo para admirar la ciudad desde su mejor ángulo, es hora de visitar algunos de los barrios más emblemáticos de la urbe como: Brera, Navigli y el famoso Quadrilátero de Oro.
Brera es una zona que ha concentrado una gran cantidad de galerías y museos de la ciudad. Cuenta con calles angostas llenas de tiendas, cafés y restaurantes que le dan un aire bastante cultural. Es un barrio bastante céntrico y con una personalidad propia, donde el mundo intelectual y artístico se reúne en alguna de sus múltiples exposiciones que se montan a lo largo del año.
Si lo tuyo es la moda y las tiendas de lujo no dudes en darte una vuelta por el famoso Quadrilátero de Oro, el cual es el distrito donde se concentran las principales boutiques y casas de diseño de Italia y el mundo. La cantidad de marcas de alta costura es admirable así como los carros de lujo que se estacionan en ésta zona, la cual es sin duda una de las más sofisticadas y glamourosas de Europa.
Si piensas adquirir ropa pero a costos más accesibles puedes pasar un día entero recorriendo las calles que rodean el Duomo donde podrás encontrar tiendas de múltiples marcas tanto nacionales como internacionales, principalmente en Corso Vittorio Emanuele.
Otro de los atractivos turísticos más solicitados en Milán es la pintura de la Ultima Cena que pintó Leonardo Da Vinci y que se conserva en la Capilla de Santa Maria delle Grazie. Se trata de una pequeña iglesia construida en ladrillo rojo en la cual puedes admirar ésta obra de arte que se ha mantenido en el mejor estado posible a pesar del paso del tiempo. Es necesario reservar con anticipación ya que es una de las visitas más concurridas para los turistas.
Continuando por la zona centro de la ciudad se puede llegar al Castillo Sforzesco al pie del Parco Sempione. Ambos atractivos se deben visitar si se cuenta con tiempo ya que valen la pena ser conocidos. El parque es el principal y más grande pulmón verde de la ciudad mientras que el castillo es una joya arquitectónica que guarda exposiciones temporales y fijas durante todo el año.
Del mismo modo y sin salir de la zona del parque puedes tener otra panorámica de la ciudad desde lo alto puedes subir a la Torre Branca, una estructura metálica que mide 100 metros desde la cual puedes capturar otros ángulos de la capital de la moda.
Si eres fanático del fútbol puedes también visitar el Estadio Giuseppe Mezza (San Siro) casa de los equipos AC Milan e Inter de Milán, dos de los más grandes equipos de Italia y Europa. La visita al estadio dura aproximadamente una hora y podrás admirar los vestuarios, sala de trofeos, zona de cancha etc. San Siro está considerado como una de las catedrales del fútbol europeo y fue sede del partido inaugural del Mundial de 1990.
Estadio San Siro
Milán es también una ciudad moderna con distritos urbanos perfectamente planeados y pensados para la movilidad peatonal. La zona City Life o la plaza Gae Aulenti cuentan con amplias áreas verdes y ciclopistas al pie de vanguardistas rascacielos que hacen una perfecta combinación con el entorno. Puedes simplemente caminar, rentar una bicicleta o sentarte en una banca para admirar el atardecer o ver a la gente pasar en ésta bulliciosa ciudad.
Zona Porta Nuova
Zona City Life
Para finalizar debo decir que ésta es una de las ciudades que más me gustan de toda Europa. Es una urbe que me sorprendió desde antes de conocerla pero que al estar en ella superó todas mis expectativas. Hay muchas otras cosas que puedes hacer en la capital lombarda y sus alrededores, pero ese será tema de otra entrada más adelante.